Un finde muy loco. Tercera parte: Domingo en la nieve y...¿tienes los dientes postizos?

El domingo nos levantamos a las 9 de la mañana, desayunamos, nos duchamos, descubrimos que se había vuelto a ir la luz, por lo que cocinamos en un camping-gas que encontramos por allí. Hicimos bocadillos de tortilla y cogimos rumbo al Puerto de La Ragua, a hacer realidad el sueño de María (y el de todos nosotros, todo hay que decirlo…), ¡ver la nieve!

Tardamos como una horita y algo en subir, ya que la carretera era bastante estrecha y sin quitamiedos, pero mereció la pena llegar arriba y ver la montaña toda nevada, pisar la nieve, tirarnos bolas, hacer un muñecote, y almorzar allí. Solo nos faltó resbalarnos sobre ella con un plástico, pero es que después de almorzar, empezó a nevar (aunque más bien era agua-nieve), y como el coche de Clara no llevaba cadenas, tuvimos que irnos enseguida para no correr peligro por la carretera.

Al llegar a Fiñana, fuimos a tomarnos un café a un bar cerquita de nuestra casa. Después del cafelito, María, Kelly y yo, nos fuimos a hacer una visita turística al pueblo, y los demás se fueron a casa.

Aquí empieza una nueva aventura. Las tres niñas por el pueblo de turismo. Visitamos la Ermita de las Ánimas, donde una viejecita casi le quita el bolso a Kelly, la misma que me preguntó luego si tenía los dientes postizos, ya que ella quería ponérselos, mientras nos enseñaba sus dientes picados y doblados, y la falta de alguno de ellos, y su amiguita, su perfecta dentadura postiza.
Luego visitamos la plaza del ayuntamiento, donde se encontraba también la iglesia, la policía local, el teatro principal…Y así, durante la tarde visitamos casi todo el pueblo, al menos los puntos principales, por ejemplo, La Alcazaba.

Pero cuando cogimos el camino de vuelta, a Kelly se le ocurrió la gran idea de ir a una farmacia a comprarse unas pinzas de depilar. La única farmacia que encontramos estaba cerrada, por lo que preguntamos a una muchacha que pasaba por allí. La muchacha con toda su buena intención intentó explicarnos donde podíamos encontrar una farmacia abierta, pero un señor mayor que pasaba por allí no la dejó explicarse con claridad ya que él nos mandaba por el camino contrario, incluso se ofreció a acompañarnos. Nosotras nos negamos, ya que no era algo importante, y si os digo la verdad, no nos fiábamos de él. El viejecillo no quedó contento y nos persiguió durante unos minutos, diciendo que él nos acompañaba, hasta que llegó el punto de que nos pidiera 3 o 4 céntimos. Kelly le dio lo que tenia suelto en el bolsillo y así pudimos quitárnoslo de encima.

Llegamos a la casa, y nos encontramos a los chicos y a Clara que acaban de arreglar la luz. Por lo visto, un cable se había roto, y ese era el motivo de que no funcionara bien la electricidad de la casa. Es, en estos momentos, cuando se agradece tener a un gran técnico de mantenimiento, como es Pablo.

Luego terminamos de ver “Rompedientes”, y después pusimos “Tiana y El Sapo” y otros echaron una siesta.

Sobre las 9 y media de la noche, salimos a tomarnos algo. Fuimos a un bar a tomar unos “Cherigan”, que son unas tostadas típicas de Fiñana. Y después íbamos a ir a una discoteca, pero estaba cerrada. Así que nos volvimos a casa.

Ya en casa, nos pusimos hacernos fotos, y luego a ver un poco la tele, y mientras bebíamos, charlábamos, y charlábamos, y a las 12 y media se nos ocurrió tomarnos una sopita. Después seguimos charlando y charlando, hasta que nos dio las 4 de la mañana, y nos fuimos a la cama.

Esa noche Carlos y yo hicimos un año, y nos dimos a solas los regalitos.

Del lunes no hay mucho que contar, lo que hicimos fue recoger la casa, almorzamos y tiramos para Cádiz. Tambien lo pasamos muy bien en el coche escuchando de nuevo Fiñana, Volumen 1, pero además con coreografías incluidas, y carnaval.